martes, 29 de septiembre de 2009

¿Venden Time, Fortune y People?


Silvia Pisani, corresponsal en EE.UU. de La Nación

WASHINGTON.- Es la ironía de la historia. En febrero último y con un titular en portada que rezaba "Cómo salvar a su periódico", la revista Time daba consejos a un negocio editorial y periodístico que, como buena parte de la economía de esta superpotencia, está en problemas. "Hay que cobrar por contenido; hay que cobrar por lo que se da", era la idea central.
Siete meses después, es posible que la propia revista necesite el consejo, ya que, pese a que se trata de uno de los emblemas del periodismo norteamericano, sus dueños admitieron que estudian la posibilidad de venderla para salvar las finanzas del resto del grupo editorial.
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"Es algo que posiblemente ocurra", dijo Gordon Crawford, ejecutivo de Capital Group, uno de los grupos propietarios del conglomerado editorial Time Warner, y, como tal, con acceso a su información estratégica.
Pero si bien el paso no está del todo claro, se maneja como posibilidad. Y, de concretarse, significaría que el grupo Time Warner se desprendería de marcas emblemáticas del negocio editorial impreso.
Entre ellas, la reconocida revista Time , y los taquilleros semanarios Fortune , de finanzas; People , de celebridades y tendencias sociales, y el deportivo Sport Illustrated .
"No me lo creo. No imagino a Time Warner sin su revista", era ayer el comentario entre periodistas locales.
Parte de las opiniones se recogieron cerca de la oficina de la revista. Cerca de allí, un local de la popular cadena de librerías Borders mostraba las tapas de Time que hicieron historia. Entre ellas, la que consagró a Barack Obama como hombre del año, antes de ganar las elecciones. "¿Por qué deshacerse de algo así?", era la pregunta.

Apuesta al entretenimiento
Crawford, el ejecutivo que admitió la posibilidad de la venta, lo justificó como algo estratégico. La idea sería deshacerse de la división de revistas para dedicar el dinero de la operación a "financiar la compra de empresas más relacionadas con [su] principal línea de negocio: la del entretenimiento", dijo.
Quienes sospechan de la historia recuerdan que, en los últimos tres meses, los ingresos de las publicaciones de Time , que es la principal editora de revistas de los Estados Unidos, bajaron un 22%, hasta los US$ 915 millones.
La caída fue atribuida a un descenso del 26% en las ventas de publicidad. El recorte en ese rubro ha sido bastante repetido desde que la economía de la superpotencia entró en fase de recesión. La editorial mantuvo silencio y no hizo comentarios formales tras la revelación de Crawford, que posee el 8% de las acciones del grupo.
Pero en el mundillo se dicen otras cosas. Y aquí la apuesta es que Time Warner posiblemente se desprenda de alguna de las 23 revistas que edita. "Un número tan alto que es difícil citar todas de memoria", ironizó un veterano conocedor del negocio, confiado en que en ese grupo de posible venta no estén los buques insignia; o sea: ni Time , ni People , ni Fortune ni Sports Illustrated .
El otro factor es el tiempo. "Puede que la idea esté en danza. Pero no es algo que verás de un día para el otro. Son marcas demasiado valiosas y su proceso de venta es complejo", apostó otro, convencido de que, en el peor de los casos, "pasarán años" antes de que se dé un paso al respecto. "¿Quién puede poner precio a la revista Time ?", se preguntó.
Es la propia revista la primera en admitir la "gravedad de la crisis" del negocio periodístico en los Estados Unidos. Lo hizo en aquella nota de portada de febrero último, que hoy tiene cierto tufillo profético.
Pero, no por eso, deja de reconocer la paradoja de un negocio con números en baja, pero clientes en alza. "Nunca, como ahora, la gente ha leído noticias", sostiene. El desafío, afirma, es encontrar la clave para cobrar por ello, sin perder al cliente.
En eso estaba Time, cuando la envolvió el rumor de su propia venta. Uno más en un año que, en este país y cuando la crisis arreciaba, sembró pánico en redacciones de publicaciones regionales.
A tal extremo fue el tembladeral que el Congreso llegó a considerar medidas para apoyar la industria periodística. "No veo cómo podríamos hacerlo", atajó Robert Gibbs, vocero de una Casa Blanca a la que llueven críticas republicanas por el nivel del gasto público y de los subsidios en que se empeñó para salvar otras industrias. "Algo hay que hacer. La prensa es vital para la democracia", insistió el ex candidato a la presidencia John Kerry.
Hablaba, sobre todo, de pequeñas publicaciones regionales asfixiadas por la crisis; no de grandes negocios.