sábado, 30 de enero de 2010

Herramientas digitales para periodistas


El Knight Center para el Periodismo en las Américas publicó en línea “Herramientas Digitales para Periodistas”, de la argentina Sandra Crucianelli, libro que se puede bajar en formato PDF y de manera gratuita en el mismo sitio del centro.

"En el Centro Knight utilizamos tecnologías digitales para enseñar periodismo de excelencia, pero también enseñamos a excelentes periodistas a mejorar su trabajo aún más. Este libro encaja perfectamente en ambos objetivos", dice Rosental Calmon Alves, director del Centro Knight para el Periodismo en las Américas. “Le muestra a los periodistas cómo pueden utilizar las importantes herramientas digitales disponibles gratuitamente y que pueden ser relevantes en sus trabajos diarios".

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El nuevo libro de Crucianelli, escrito en castellano, es un manual práctico. Incluye, por ejemplo, capítulos sobre cómo acceder a bases de datos y documentos oficiales utilizando redes sociales como Facebook y Twitter, y cómo aprovechar herramientas específicas, tales como videoconferencias, galerías de fotos y blogs.

"Las herramientas digitales son tan importantes para los periodistas de nuestro tiempo, como las bibliotecas y los archivos lo fueron para los reporteros de otros tiempos. Ahora, gracias al entorno digital no solamente podemos encontrar datos, sino que, además, podemos procesarlos mejor para descubrir primicias ocultas en bases de datos, tablas, gráficos o series de números", señaló.

Crucianelli, quien ha trabajado con el Centro Knight desde 2004, ha diseñado y dictado cursos en línea del Centro Knight sobre periodismo de investigación, cobertura electoral y herramientas digitales. Otros libros del Centro Knight son: Periodismo 2.0: Una guía de alfabetización digital, por Mark Briggs y Cómo escribir para la Web, por Guillermo Franco.

miércoles, 20 de enero de 2010

AP marca la pauta del futuro de las noticias en Internet


Por Russell Adams (The Wall Street Journal)

Un acuerdo entre Associated Press y Yahoo Inc. podría trazar el futuro de las noticias en la Web, al imponer mayores restricciones y ponerle un precio más alto al contenido que la agencia distribuye a través del sitio de noticias del portal de Internet.

El acuerdo, que se espera que se concrete en las próximas semanas, podría ser una solución a un dilema que cobra cada vez más urgencia en la industria de los medios de comunicación: cómo las organizaciones de noticias lidian con los mayores portales de Internet, que algunas editoriales dicen se benefician injustamente de su trabajo y les restan decenas de millones de dólares en ingresos.
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AP ha estado negociando con Google Inc., Microsoft Corp. y Yahoo sobre nuevas condiciones que gobiernen la distribución de los artículos de noticias de AP a través de esos sitios, y la presión sobre todas las partes involucradas va en aumento a medida que se acercan las fechas de vencimiento de los acuerdos previos.

Google, cuyo contrato con AP se vence a fines de enero, recientemente dejó de añadir noticias de AP a su sitio Web en un aparente esfuerzo por borrar cualquier contenido del servicio de noticias de su portal antes de fin de mes, en caso de que no llegue a un nuevo acuerdo.

El gigante de Internet asegura que su contrato con AP le "permite publicar su contenido en propiedades de Google", pero que en estos momentos no está "añadiendo contenido nuevo de AP".

Un portavoz del servicio de noticias rehusó realizar comentarios sobre sus negociaciones. Yahoo también declinó referirse al tema y se limitó a decir simplemente que AP es uno de sus socios de contenido más importante. "Yahoo valora nuestra extensa relación con AP y espera que se mantenga en los próximos años".

AP, con 243 oficinas en 97 países, tiene poderes de organización únicos en una industria fragmentada. La agencia lidera el esfuerzo por controlar cómo y cuándo aparece su material en Internet, tanto en los sitios de noticias de cada uno de los portales como en los resultados de búsqueda que dirigen a los lectores a artículos de AP en los sitios Web de sus miembros. La cooperativa noticiosa sin fines de lucro está actualmente probando un sistema para identificar y monitorear sus artículos y, en un futuro, también los de sus miembros, para asegurar que se cumplan las condiciones de uso de sus acuerdos.

AP ha dicho que su objetivo es corregir acuerdos anteriores, que dieron a portales de Internet como Yahoo acceso a una gran gama de sus artículos en línea en un solo paquete. Esos acuerdos ayudaron a popularizar el material de AP, pero ejecutivos dicen que diluyó el valor de su oferta noticiosa al no limitar su disponibilidad ni distinguir artículos únicos.

Los esfuerzos llegan en momentos en que otras empresas de medios escritos buscan la manera de recaudar dinero por su contenido en línea ahora que la publicidad —su fuente clave de ingresos— se ha erosionado y muchos de sus lectores obtienen sus noticias de Internet.

News Corp., que es propietario de The Wall Street Journal, ha sido también un fuerte crítico de Google y otros sitios que publican extractos de sus noticias. La empresa con sede en Nueva York ha mantenido conversaciones con Microsoft Corp. sobre un plan para eliminar el contenido de los periódicos del grupo del motor de búsqueda de Google pero seguir mostrándolo en los sitios en línea de Microsoft, según personas al tanto.

Las negociaciones de AP con Yahoo han incluido la posibilidad de licenciar por partes el material de la cooperativa de noticias, con los artículos noticiosos separados del material más exclusivo, por ejemplo, según personas familiarizadas con el tema.

Dependiendo de la opción por la que se decida Yahoo, una nueva estructura tarifaria podría implicar un mayor costo para el gigante de Internet, dijeron esas personas. AP también ha pedido a Yahoo que cumpla con términos de uso más estrictos en su propuesto acuerdo de dos años. AP quiere mantener abierta la posibilidad de distribuir otro contenido valioso a otros medios de noticias o de manera directa a los lectores, aseguran las fuentes.

El nuevo sistema de monitoreo de AP también ha sido incluido en sus negociaciones con Yahoo, Google y Microsoft, cuyos motores de búsqueda generan hasta 50% del tráfico a los sitios Web de los periódicos más importantes.

Ejecutivos de AP han dicho que el sistema no sólo rastrearía los sitios independientes que vuelvan a publicar los artículos sin autorización ni pago, sino que también generaría más dinero del contenido distribuido a través de los motores de búsqueda. El sistema, que fue anunciado a mediados del año pasado, todavía está en fase beta, dijo AP.

Google ha dicho siempre que se considera un amigo de las casas editoriales y que éstas son libres de permitir el acceso a su material a los usuarios de Google. También ha trabajado con algunos medios para crear productos diseñados en parte para impulsar el tráfico a sus sitios Web.

Algunos portales de Internet podrían ser reacios a suscribirse al nuevo sistema que les da a las editoriales información extensa y control sobre el contenido.

"No todas las noticias provienen de AP", dice Danny Sullivan, editor de SearchEngineLand.com, que rastrea a los motores de búsqueda.

Al ser la primera en realizar este tipo de negociaciones, AP podría proveer una oportunidad para otros periódicos y compañías de diarios de entablar acuerdos similares, dijo Jim Moroney, editor de The Dallas Morning News.

martes, 19 de enero de 2010

The New York Times cobraría por sus contenidos online



La Nación (Buenos Aires)


La segunda mitad de 2009 estuvo marcada por declaraciones cruzadas entre el magnate de News Corp, Rudolph Murdoch, y el gigante de las búsquedas en Internet Google. En este marco, el diario The New York Times habría decidido empezar a cobrar por sus contenidos online, de acuerdo a fuentes que citó New York Magazine .
Se espera que el anuncio sea realizado de forma oficial en las próximas semanas (este artículo se publicó el 18 de enero del 2010), y estiman que utilizará un formato mixto entre el sistema adoptado por The Wall Street Journal, que ofrece contenidos gratis y de pago, y la modalidad que utiliza The Financial Times, basado en una lectura gratuita de un número limitado de artículos al mes, con un cobro por excedente.
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Pese a esta información, Gabriel Sherman, el autor de la nota del New York Magazine, cree que pasarán meses hasta que se concrete la decisión de cobrar por contenidos online.
"Anunciaremos la medida cuando creamos que tenemos el mejor enfoque del modelo de negocios", detalló Diane McNulty, vocera del New York Times.
Los antecentes que marcó Murdoch. El magnate de News Corp , el australiano Rudolph Murdoch, había evaluado la posibilidad de cambiar el modelo de negocios de los contenidos periodísticos en la Red, en general gratuitos. "El periodismo de calidad no es barato, y una industria que regala su producto está canibalizando su capacidad para hacer buen periodismo", había declarado el ejecutivo en agosto de 2009 .
Una de las primeras muestras de esta estrategia se vio en The Wall Street Journal , que hizo pública la intención de cobrar por acceder a sus contenidos online desde smartphones.
Asimismo, Murdoch arremetió contra el gigante de las búsquedas de Internet, al plantear la posibilidad deretirar sus contenidos del servicio Google News . Ante este panorama, The Financial Times dijo que News Corp. planeaba una posible alianza de contenidos con Bing, el buscador de Microsoft.
"Las empresas periodísticas son soberanas para decidir si quieren que su contenido aparezca en las búsquedas. Si nos dicen que no lo incluyamos, no lo haremos. Y si un editor quiere que se elimine específicamente de Google News, no tiene más que hacérnoslo saber", respondió la compañía estadounidense con sede en Mountain View, California.
Luego de todas estas declaraciones cruzadas, Google decidió limitar la lectura de noticias en su servicio News. Al momento, mediante el buscador web se podía saltear la restricción de acceso a cualquier artículo de medios como The Wall Street Journal o The New York Times.
Sin embargo, a partir de ahora habrá determinado número de lectura de artículos por día, que sólo se aplicará en aquellas notas de medios que cobran por sus contenidos.
The New York Times ya había evaluado la posibilidad de cobrar por sus contenidos online , en julio de 2009. Para ello, abrió el sitio Insight Labs, un lugar en donde los lectores pueden discutir diversas cuestiones como si se debe pagar o no por los contenidos .

lunes, 18 de enero de 2010

El futuro del texto en Internet


Por Guillermo Franco
(Epílogo de "Cómo escribir para la web", libro publicado por el Knight Center for Journalism in the Americas, en cuyo sitio se puede leer completo.)



El experto en usabilidad Web Jakob Nielsen ha dicho por más de una década que escribir para la Web es diferente que hacerlo para los impresos. Nielsen ha promovido el uso de la pirámide invertida, los párrafos cortos, los listados, los intertítulos y el hipertexto. Sin embargo, aunque algunas de estas guías coinciden con las enseñanzas periodísticas tradicionales, no todos los periodistas las conocen o las usan en Internet, y algunos las rechazan totalmente.
Pero en la Web, 10 años son una eternidad. Y nuevas preguntas han surgido. Con la creciente importancia del audio y el video, ¿cuál es futuro del texto en Internet? ¿Perderán vigencia las pautas para escribir para la Web cuando los problemas de resolución de las pantallas de computador sean eliminados? ¿La pirámide invertida mata la creatividad para contar historias?

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Estas y otras preguntas relacionadas con el futuro del texto en Internet fueron respondidas por Chris Nodder, especialista en Experiencia de Usuario y líder en escritura web para Nielsen Norman Group, la compañía de consultoría de Jakob Nielsen.
- Cuando Nielsen decía en su libro ‘Usabilidad, diseño de sitios Web’ que “el contenido es el centro de atención de los usuarios; es la razón por la cual se conectan y la primera cosa que miran cuando cargan una nueva página”, obviamente estaba hablando del texto. Años después, en el 2000, la investigación de Eyetrack (II) mostró que los lectores online preferían el texto, y el Eyetrack III encontró que “el texto domina las pantallas de PC –tanto en el orden en que es visto como en el tiempo gastado en él–“. Con la disponibilidad de mejores conexiones a Internet, ¿cree que ahora estas afirmaciones conservan su validez? ¿Cree que esto pueda cambiar en el futuro cercano? Quiero decir, ¿el audio y el video van a ser el nuevo centro de atención de los usuarios? ¿Día tras día, el texto va a ser menos importante en Internet?
- El audio y el video son medios atractivos porque con frecuencia los diseñadores sienten que pueden llevar su mensaje mejor con imágenes en movimiento o narración. Sin embargo, todavía es muy difícil buscar cualquiera de esos contenidos, lo que significa que el texto sigue siendo el medio más importante, si se trata de buscar información. En un ambiente de negocios, seguimos viendo usuarios muy irritados por el audio –especialmente el que no es anunciado– y frustrados cuando el contenido de video no les permite ‘escanear’ (ojear) la parte del mensaje que más les importa. A este respecto, medios ‘más ricos‘ realmente resultan ser ‘más pobres‘ que el texto porque son esencialmente formatos lineales, sincrónicos. Los textos, de otro lado, pueden ser ojeados (escaneados), segmentados, resumidos y reutilizados (traducidos, formateados, enlazados, transmitidos) mucho más fácilmente que el contenido de audio y video.
Eso no quiere decir que el audio y el video sean inherentemente malos. Ambos tipos de contenido pueden ser instructivos, y ambos pueden ser usados como entretenimiento. Hasta ahora estamos comenzando a ver la adopción y transformación de estos formatos de contenido que fueron tradicionalmente emitidos por la TV y la radio. Tomará algún tiempo para que estos medios alcancen el nivel de integración online que en la actualidad tiene el texto. Es más probable que aumenten en lugar de que remplacen la necesidad del texto.
El video y el audio podrían llegar a dominar ciertos dispositivos. Es difícil usar un teléfono móvil para leer artículos noticiosos, pero muy fácil de usar como una pantalla de TV en miniatura. Leer mientras se conduce es peligroso, pero los ‘podcasts’ pueden mantener al conductor al día con su información favorita. Por el momento, sin embargo, está aun más allá de las capacidades de los usuarios hacer que estos escenarios les funcionen. En nuestros estudios, incluso los adolescentes –vistos típicamente como adoptadores tempranos– se confundieron con los pasos requeridos para hacer que el contenido funcionara en sus PC, y aun más para transferir el contenido a otros dispositivos.
- En el 2000, en su libro ‘Usabilidad, diseño de sitios Web’, Nielsen dijo: “El problema de legibilidad en pantalla será resuelto en el futuro, ya que se habrán inventado pantallas con 300 dpi de resolución, con lo que se podrá leer como en el papel. Estas pantallas son actualmente muy costosas (los monitores de gama alta tienen cerca de 110 dpi), pero estarán disponibles para los computadores de gama alta en el año 2002 y para su uso generalizado, cinco años después”. ¿Esto significa que sus recomendaciones para escribir para Internet no van a funcionar cuando los problemas de calidad de la imagen estén resueltos?
- Existe una diferencia entre monitor y contenido. Hacer un texto más fácil de leer en un monitor es solo parte del problema. Un tema más grande y complejo es decidir qué escribir en primer lugar. Las técnicas de buena escritura nunca pasarán de moda. De hecho, incluso las publicaciones en papel se pueden beneficiar de las mismas guías que sugerimos para crear contenido Web.
Estas guías incluyen:
• Usar la pirámide invertida (comenzar con las conclusiones).
• Escribir resúmenes o sumarios para el contenido más extenso.
• Decir qué preguntas responde un artículo.
• Crear pequeños segmentos de contenido con una o dos ideas en cada uno de ellos.
• Agrupar el contenido parecido.
• Escribir títulos, encabezados y sumarios originales.
• Hacer listados, no párrafos (los listados con viñetas y el espacio en blanco pueden romper el bloque de texto).
De forma interesante, aunque están disponibles comercialmente algunos monitores con resoluciones más elevadas (especialmente en los Tablet PC), la predicción original de que los de 300 dpi serían comunes para el 2007 no parece haberse cumplido. La tecnología existe, es solo que aún no se ha explotado. Adicionalmente, mientas los computadores no se fabriquen de tal forma que los haga tan apropiados como el papel para leer en múltiples ambientes, el papel seguirá siendo muy importante.
- Déjeme repetirle la pregunta, hagamos un ejercicio de ciencia ficción: supongamos que hemos resuelto los problemas de resolución de las pantallas de computador y que estas tienen una resolución similar a la del papel y están completamente disponibles en el mercado, ¿eso significa que sus guías sobre cómo escribir para Internet no van a funcionar más?
- Me adhiero a mi respuesta original. Hay una gran diferencia entre la tecnología usada para mostrar información y el contenido de esa información. Adicionalmente, incluso en este mundo de ciencia ficción, es improbable que ‘cada’ monitor sea grande y fácil de leer –habrá veces en que el monitor sea poco óptimo (por ejemplo en dispositivos móviles) o veces en que los usuarios estén presionados por el tiempo y solo deseen leer un sumario. Es importante que el contenido apoye estos contextos de uso teniendo buenos títulos y un primer párrafo descriptivo, de forma tal que los usuarios sepan si deben invertir más tiempo en el resto del artículo.
Las guías que hemos publicado están basadas en las tareas de los usuarios, no en los medios o formatos que ellos usan para su lectura. Aunque estos medios pueden tener algún impacto, la tarea es lo importante. A menos que alguien esté leyendo solo por entretenimiento, es muy probable que desee estructura en el contenido, y querrá saber si vale la pena continuar leyendo la pieza (¿contiene la información que requiere?). Sin buena escritura, los usuarios no podrán responder estas preguntas.
- En una de las columnas de Nielsen, Alertbox, él escribió sobre las ‘Ideas erradas sobre la usabilidad’. Una de aquellas ideas erradas, de acuerdo con él, es: ‘La usabilidad mata la creatividad’. Aunque él ha respondido esta crítica en relación con el diseño Web, en muchas salas de redacción alrededor del mundo, los periodistas también dicen que sus guías –particularmente aquellas que estimulan el uso de la pirámide invertida– matan la creatividad, porque existen otras formas de contar historias (usando texto) diferentes de la pirámide invertida. ¿Tiene alguna respuesta para ellos? ¿Piensa usted que los periódicos deberían usar la pirámide invertida en sus páginas de inicio, pero los textos originales (textos impresos, sin la pirámide invertida), en las páginas interiores de sus sitios Web?
- Hay muchas formas de historias, y muchas formas de contarlas. Me molestaría que mi novelista favorito escogiera el estilo de escritura de la pirámide invertida para cada libro –hacer saber el desenlace en el primer párrafo casi nunca es el propósito de ese tipo de literatura.
Si me acomodara en mi silla favorita un domingo por la mañana con el periódico de fin de semana, esperaría encontrar algo más extenso, artículos editoriales que tomen su tiempo para llegar a lo que quieren decir, mientras se entretejen en nuevos temas y datos a medida que avanzan. Sin embargo, cuando me siento en un computador deseando ojear rápidamente las principales historias, agradecería la brevedad y concisión en la escritura.
Sin embargo, alejémonos de la preferencia personal y acerquémonos a los datos que hemos recogido de nuestros estudios de usabilidad. Encontramos que cuando los usuarios están orientados hacia la realización de tareas (cuando están tratando de encontrar información o resolver un problema), casi el 80 por ciento de ellos hojea (escanea) la página en busca de la información relevante. Muchas de las guías que hemos sugerido están orientadas a satisfacer estas necesidades de los usuarios. La pirámide invertida, la agrupación, la jerarquía, etc., contribuyen a ojear rápido el texto para encontrar la porción relevante. Los usuarios solo leerán toda la historia cuando estén altamente motivados a conseguir la información, cuando la meta sea conseguir información extendida, por ejemplo un informe, o cuando estén seguros de que han localizado la información que desean.
Leer por placer o entretenimiento es obviamente una tarea diferente. Sin embargo, yo les preguntaría a los periodistas si sienten que sus sitios web son actualmente usados con este propósito. Nuestra investigación sugiere otra cosa. También les preguntaría a los periodistas si ellos prefieren conservar su texto impreso porque sienten que es su mejor trabajo, o si lo conservan porque no se sienten lo suficientemente creativos para reescribir para su audiencia online, quienes le dan al artículo un conjunto diferente de expectativas.
- Aunque la teoría básica sobre cómo escribir para Internet viene del mundo periodístico (esencialmente, el uso de la pirámide invertida), algunas personas dicen que ese mundo (los sitios web de periódicos) no es el mejor ejemplo de usabilidad (bloques continuos de texto, no escaneable, mal uso del hipertexto para partir informaciones largas en múltiples páginas). ¿Continúa pensando que la mayoría del contenido en Internet es ‘shovelware’ (palabra que describe contenido tomado de cualquier fuente y puesto en la Web sin tener en cuenta su apariencia o usabilidad)? ¿Qué necesitan los sitios Web noticiosos para mejorar su usabilidad?
- Nuestra teoría básica sobre cómo escribir para Internet viene de la investigación acerca de cómo leen en línea los usuarios. Nuestras recomendaciones, desarrolladas a partir de esta investigación, son con frecuencia las mismas del mundo periodístico porque hemos encontrado que las habilidades periodísticas sólidas con frecuencia se trasladan bien en contenido online legible. Claro, no todos los periodistas son buenos periodistas, e incluso los buenos periodistas pueden no tener control sobre cómo se despliega su trabajo en la Red. Aquellos buenos periodistas podrían haber escrito de forma muy diferente si hubieran considerado que su audiencia primaria son los navegantes de la Web en lugar de los suscriptores de periódico.
Lo que hemos encontrado consistentemente es que cualquier técnica de escritura que dé guías a los lectores les puede ayudar a comprender. Estas guías pueden ser sumarios, títulos, texto en negrita o enlazado, listas o una de muchas otras herramientas que son enseñadas a los periodistas. Las mismas reglas aplican para otro contenido Web, como los artículos de una enciclopedia o las descripciones de producto. Típicamente, la ‘metatarea’ de los usuarios es la misma en cada caso: encontrar el bloque relevante de texto, luego encontrar la información requerida dentro de este bloque. Los creadores de contenido deben evitar la noción egoísta de que a los visitantes de un sitio Web les importa su prosa. Los visitantes son orientados a metas, les importa mucho más la facilidad con la cual pueden extraer la información de la página. Aunque esto puede no parecer inicialmente ‘sexy’ para los aspirantes a generadores de contenido, la diferencia entre la escritura Web pobre y la buena es tan grande que puede ser con frecuencia el principal factor diferenciador entre dos sitios.
- En 1997, de acuerdo con la investigación de Nielsen, la mayoría de los usuarios tiende a ojear (escanear la página). En el 2005, él publicó una columna sobre los ‘Usuarios con bajo nivel de alfabetización’, en la que presentaba una nueva investigación que mostraba que estos usuarios deben leer el texto palabra por palabra, no ojearlo. ¿Cambia esta investigación alguna de sus guías previas sobre cómo escribir para Internet?
- Alrededor de uno de cada cuatro adultos de Estados Unidos lee al nivel de quinto grado (10-11 años) o inferior. Estos usuarios están motivados a NO leer. En todo caso, las guías que hemos publicado son incluso más importantes para este grupo. Cargar cada historia, cada párrafo, cada frase con la información importante hará que haya más probabilidad de que su mensaje sea recibido.
Tome, por ejemplo, esta lista de guías de escritura:
• Use páginas, párrafos, oraciones y palabras cortas.
• Defina palabras en contexto (no use ventanas flotantes o definiciones que aparezcan cuando pase el ratón por encima).
• Haga que los nombres de los enlaces lleven información (el enlace de texto debería describir lo que el usuario conseguirá si da clic).
• Use gráficas que apoyen un mensaje y cuenten una historia.
• Agregue enlaces al final de las páginas para guiar al usuario al contenido deseado. Cree una ruta de información lineal.
¿Cuántas de estas son específicas para los usuarios con bajo nivel de alfabetización? Todas se aplican globalmente; sin embargo, están específicamente enfocadas a escribir para este grupo.
Los creadores de contenido tienen muchas oportunidades para satisfacer a los lectores existentes y además hacer su texto más accesible a otros grupos de usuarios. No es útil hacer suposiciones acerca de que los usuarios con bajos niveles de alfabetización son ‘estúpidos’ –algunos pueden tener bajos niveles de educación, pero otros pueden ser más viejos, pueden tener ciertos defectos cognitivos, o pueden leer el idioma del texto como una segunda o tercera lengua. Esto es especialmente cierto en la comunidad de investigación. Escribir con estos grupos en mente puede hacer un artículo más fácil de leer para cualquier individuo.
- En el artículo acerca del patrón en F (Las visualizaciones del Eyetrack muestran que los usuarios con frecuencia leen las páginas Web en un patrón en forma de F: dos líneas horizontales seguidas por una vertical), Nielsen refuerza sus guías sobre cómo escribir para Internet. En términos de diseño, incluso para los sitios Web de periódicos, ¿recomendaría –usando sus mismas palabras de Nielsen– “ubicar el contenido importante en una sola columna principal, de forma tal que los usuarios no tengan que escanear la página y escoger elementos de diseño en un arreglo bidimensional”? La mayoría de los sitios Web de periódicos esparce el contenido en la página, en un patrón que no es fácil describir como una forma en F.
- Muchos sitios web de periódicos ubican el contenido en la página de inicio en pedazos por toda la página. Sin embargo, típicamente no hacen esto en las páginas de los artículos. En sus páginas de inicio, la aproximación multicolumna funciona si los encabezados para cada sección se pueden escanear separadamente del contenido. Esto tiene el efecto de convertir los encabezados en una lista, pero requiere más esfuerzo escanear (ojear) esta lista que leerla en forma descendente en una sola columna. Usted podrá notar que varios sitios de noticias están adoptando cada vez un modelo de enlace único por historia (cnn.com, por ejemplo), en el cual la página de inicio abre con una historia y provee enlaces a otras que se desarrollan en sus propias páginas.
En últimas, la legibilidad y la usabilidad deben ser incorporadas en un diseño junto con otras consideraciones, tales como los ingresos publicitarios, las filosofías de negocios, etc. Sin embargo, los usuarios solo tolerarán cierta degradación en la usabilidad antes de que vayan a buscar contenido en otra parte. Tiene mucho sentido desde la perspectiva de negocio evaluar la página de inicio y las páginas internas para la legibilidad con el fin de optimizar la comprensión y ayudar a determinar el diseño final.

miércoles, 13 de enero de 2010

El futuro de los diarios



Por John Carlin (El País, Madrid)

"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación". Así arranca la novela Historia de dos ciudades , de Charles Dickens, el periodista más famoso de todos los tiempos. La trama del libro, escrito en 1859, se desarrolla durante la Revolución Francesa. Dickens, que trabajó en media docena de periódicos, podría haber escrito las mismas palabras hoy sobre la revolución de Internet. La irrupción de la world wide web en el antiguo imperio del periodismo ha provocado incertidumbre y confusión, sin que nadie tenga muy claro si la toma de esta Bastilla debe ser motivo de esperanza o de desesperación. El consenso sólo existe alrededor de una gran contradicción: que vivimos en el mejor de los tiempos para el periodismo y también en el peor.
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Nunca ha habido una mejor época para hacer periodismo escrito, y nunca ha habido una peor para ganarse la vida ejerciéndolo; hay más mercado que nunca, pero menos ingresos. La tendencia se ve con especial nitidez en Estados Unidos, tantas veces precursor de lo que nos espera en el resto del mundo occidental. El panorama es inquietante: la media diaria de ejemplares vendidos allí ha bajado de 62 millones a 49 millones desde que hace 15 años Internet empezó a volverse accesible a todos. Unos cien diarios se han visto obligados a dejar de imprimir en papel. En el mismo periodo, el número de lectores de periodismo digital en Estados Unidos ha ascendido de cero a 75 millones. La fuga de la publicidad, la sangre comercial del periodismo en papel, ha reducido las ganancias de manera drástica, lo que ha derivado en grandes cantidades de despidos (se maneja una cifra de 15.000 en Estados Unidos el año pasado) o, para los que han tenido más suerte, de prejubilaciones.
Philip Bennett, jefe de redacción de The Washington Post entre 2005 y finales de 2008, se vio con la infeliz tarea de prejubilar a 250 de sus compañeros. "Y esto lo tuve que hacer con la paradoja siempre en mente de que vivimos una época horrible para las empresas de noticias, pero una edad de oro para el periodismo", dijo Bennett, un ilustre periodista, ampliamente reconocido como tal en su país. "Hay muchos más lectores, pero una presión terrible sobre el dinero y los recursos. Por eso el Post y también The New York Times han perdido dinero en 2008 por primera vez en 50 años". La prensa europea, sin excluir a El País y otros grandes diarios españoles que han vivido un fin de 2008 horríbilis, comparte la sensación generalizada de que lo más complicado está por llegar. Y aunque lo mismo se puede decir de casi todos los sectores de la economía, la diferencia reside en que el negocio del periodismo ha recibido una sacudida doble: está también en el epicentro de la tormenta Internet. La crisis global lo que ha hecho es acelerar el inevitable impacto de la revolución digital.
Optimistas Vs pesimistas
El País ha obtenido información para este reportaje a través de entrevistas cara a cara (como en los viejos tiempos); entrevistas por teléfono fijo y móvil; por telefonía de Internet (voz, o voz y vídeo); a través de artículos en diarios del establishment mediático, como The New York Times (o el propio El País ), o frente a la pantalla de un ordenador, vía el babel sin fronteras de la red. Se recibió todo un abanico de opiniones, desde el pesimismo de un gurú de la red en Estados Unidos, convencido de que no hay fuerza capaz de impedir la extinción del periodismo, no sólo en papel, sino como concepto, hasta el optimismo de un empresario nigeriano que acaba de inaugurar un periódico que se comercializará en papel por toda Africa y por vía digital a millones de clientes internacionales; desde un directivo de The Guardian de Londres, que se pregunta si el nuevo periodismo -suponiendo que la palabra siga teniendo relevancia- será meramente local, una especie de Facebook para vecinos, hasta The Wall Street Journal , que hoy mismo está abriendo nuevas corresponsalías internacionales y cuyo dueño, el magnate Rupert Murdoch, apuesta por periódicos de un mayor alcance global. Ahora, lo que nadie sabe, ni pretende saber, es la respuesta a la pregunta del millón: ¿cómo seguir ganando dinero con el periodismo? ¿O desaparecerá la profesión, como los dinosaurios o Marie Antoinette?
Se trata de algo más que de la supervivencia de un sector minoritario de la economía. Los periódicos han desempeñado un papel central en la sociedad durante los últimos 200 años. Influyen en el poder de los Gobiernos, en el dinero de las empresas y en el entretenimiento de las masas. Por eso muchas voces, muchas veces discordantes, se han sumado al debate sobre su futuro. En líneas generales hay tres corrientes de opinión: los blogueros (por así llamarlos), convencidos de que el periódico como lo hemos conocido durante 200 años y el ancien régime del periodismo empresarial están condenados a la extinción; los viejos rockeros, defensores del antiguo orden, que creen que tras una época de inevitables ajustes y transformación, los grandes buques insignia no sólo sobrevivirán, sino que emergerán fortalecidos; y los de mentes abiertas (o confusas) que observan el espectáculo con honesta perplejidad y, al estilo Dickens, no saben muy bien qué conclusiones sacar.
Clay Shirky, uno de los blogueros más prolíficos y que más debate generan sobre el tema, resume el desdén que su bando siente hacia los reaccionarios del viejo periodismo cuando escribe: "Dale y dale, la gente dedicada a salvar a los periódicos siempre con la misma pregunta: "Si el antiguo modelo está roto, ¿qué funcionará en su lugar?". Y la respuesta es: Nada. Nada funcionará. No hay ningún modelo para reemplazar el que Internet acaba de destrozar". El deleite iconoclasta de Shirky lo comparte un bloguero español, el periodista científico Luis Angel Fernández Hermana, que lleva desde principios de los noventa advirtiendo de la hecatombe. "Los grandes medios han estado en el centro de la revolución, de la problemática que plantea Internet, y aunque era obvio desde hace 12 años que tenían que adaptarse y cambiar, se quedaron parados, o dan bandazos absurdos como cobrar suscripciones para sus versiones en Internet y después dejar de cobrarlas. Ahora se encuentran frente a un dilema insuperable, porque lo que está claro es que el sistema empresarial de periodismo no se puede preservar".
En el bando de los viejos rockeros destaca la voz de Bill Keller, director de The New York Times , el periódico con la plantilla más grande del mundo occidental: 1.200 redactores. Keller es uno de los blancos preferidos de los blogueros, que se mofan de la fe que sigue expresando en la capacidad de los dinosaurios de sobrevivir al meteorito de Internet. "¡No hay límite para la polémica, basada en una fe casi religiosa, que genera el tema de los periódicos!", declara Keller, mofándose a su vez. "Pero debemos guardar un cierto escepticismo ante tanta inquebrantable certidumbre. No sabemos con seguridad cómo separar las consecuencias de la calamitosa crisis económica de los cambios de comportamiento a largo plazo que generan las nuevas tecnologías. En los próximos dos años debemos examinar todas las opciones, poner todo a prueba. Lo que yo espero es que durante un futuro previsible nuestro negocio siga siendo una mezcla de papel impreso y contenidos online , y que el crecimiento online compense el declive (gradual, esperemos) del papel". Menos conocido que Keller, pero quizá con acceso a más amplia información, es Earl J. Wilkinson, el director ejecutivo de International Newsmedia Marketing Association (INMA), una organización con más de 1.200 socios en 82 países. Wilkinson, que pertenece claramente al campo conservador, ha hecho un amplio sondeo y ha llegado a la conclusión de que "la muerte del periódico es una de las grandes exageraciones surgidas del colapso económico de hoy".
Philip Bennett, contratado hoy por el dueño de The Washington Post para investigar fórmulas digitales que eviten la desaparición del periodismo como negocio, pertenece al bando de las mentes abiertas pero confusas, a mitad de camino entre los robespierres del mundo bloguero y la vieja guardia conservadora. Bennett se niega a aceptar la premisa de que "nada, nada funcionará", pero sí acepta que la estrategia de muchos periódicos de reducir gastos no ofrece ninguna solución a largo plazo y que hay que tener imaginación a la hora de buscar nuevos modelos tanto de negocio como de periodismo. "La era de las grandes redacciones, de 800 en plantilla trabajando para una versión en papel y otra en la web, no parece viable", dice. "Yo creo que la era del periódico está acabada, que el debate se debe centrar no en la supervivencia del periódico, sino en la supervivencia del periodismo como lo hemos entendido".
Si en Estados Unidos las opiniones sobre el futuro del periodismo son especialmente tajantes, o negativas, tiene que ver en parte con el hecho práctico de que es el país en el que más gente tiene acceso a Internet. En el Reino Unido se observa un fenómeno parecido. Simon Waldman, el director de estrategia digital del Grupo Guardian Media, que incluye The Guardian y The Observer de Londres, no duda de que el diario en la red pronto se convertirá en el instrumento periodístico "por defecto" y que el diario en papel se seguirá vendiendo de manera reducida a un grupo de connaisseurs de más bien avanzada edad. Pero quizá ésta sea una visión demasiado anglosajona de la coyuntura actual, o de gente que habita de manera obsesiva el entorno de la red. Para ir al otro extremo, en China, India y Africa, donde el acceso a la red sigue siendo reservado a una minoría privilegiada, el debate no es tan apremiante, y el papel sigue siendo muy viable.
España ocupa una especie de lugar intermedio, ya que el fenómeno Internet todavía no ha calado de manera tan extensa en la sociedad como en Estados Unidos. Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del Grupo PRISA (dueño de El País ), entiende que, como se trata de una revolución global, existen diferencias de criterio geográficas. "Pero lo que sucede en Estados Unidos debe servir de aviso respecto a lo que va a suceder en Europa. No hay ninguna razón para suponer que si grandes periódicos estadounidenses de casi 200 años cierran y se dedican a editar online , ésta no vaya a ser una tendencia que se generalice en otras democracias avanzadas". Cebrián matiza que la evolución de lo que puede suceder en España se condiciona por el hecho de que, hoy por hoy, la banda ancha es cara y relativamente lenta, lo cual ha influido en que la expansión del número de internautas se haya frenado. De todos modos, dice Cebrián, "la tendencia es a suponer que la impresión en papel va a continuar siendo reservada a unos pocos".
Entre los pocos podría estar el diario Abc , que publica en España el grupo Vocento. O así lo considera Benjamín Lana, director de innovación y desarrollo interno editorial del grupo. Lana cree que en España el papel seguirá siendo rentable durante un buen tiempo. En parte, como dice Cebrián, porque la penetración de Internet no está tan avanzada como en otros países. "Pero también porque existe un margen cultural para el diario en papel de dos siglos que no va a desaparecer en una generación. Todavía hay margen para papel, o por lo menos en España, donde más de la mitad de la población todavía no accede al mundo digital", señala Lana, quien propone, de todos modos, operar teniendo en cuenta que la gente está más dispuesta a leer un diario impreso en determinados días que en otros. Por ejemplo: para muchos, la lectura del diario forma parte del rito de ocio dominical. Marca un grato y apacible paréntesis con la vida laboral, asociada para muchos con la pantalla de un ordenador. "Entonces, un martes, día en que la gente tiene menos tiempo para leer, se podría producir un periódico en papel más conciso, posiblemente más explicativo y analítico, quizá más orientado hacia una reducida élite, y ahorrar energías para invertirlas más a fondo en el fin de semana". The New York Times parece compartir este concepto, ya que acaba de lanzar una oferta de suscripciones al diario impreso limitada a los fines de semana.
Earl Wilkinson, el director ejecutivo de International Newsmedia Marketing, propone algo parecido. Imprimir más, de forma sistemática y flexible, en los días de más receptividad, y dejar que en los días flojos la producción baje a sus "niveles naturales". Agrega que en determinados días el diario se podría concentrar en ciertos temas; por ejemplo, los lunes darle más espacio, empezando por la primera página, a los deportes. "Así los diarios irán dejando atrás su práctica de perder dinero en los días flojos y concentrarán sus recursos en los días fuertes".
Otro argumento a favor de que el final del diario en papel todavía tiene vida por delante es algo que lo diferencia fundamentalmente de la noticia en la pantalla: su íntima tactilidad. Como observa Cebrián: "Un periódico genera una relación muy intensa con los lectores. La gente no dice "mi película" o "mi libro", pero un lector de El país o de Abc sí dice ?mi periódico´. En cierta manera, asociarse con un determinado periódico forma parte de su identidad. Es una relación individual con un objeto que a su vez se hace social. ¿Cómo se recrea ese aspecto táctil fuera de la impresión en papel? Un teléfono móvil, un kindle [aparato de lectura de libros digital], también son objetos. En la medida en que aparezcan terminales digitales que sean sustitutivos mejores del periódico, el periódico estará más amenazado". Uno de esos sustitutivos podría ser el e-newspaper, el periódico electrónico, un soporte de plástico del tamaño de El País Semanal -pero la mitad de grosor- que está desarrollando una empresa estadounidense llamada Plastic Logic. Varios periódicos, entre ellos The New York Times , se han interesado en la propuesta, que permitiría recibir información de la red (al igual que la pantalla de un ordenador), pero mediante un formato que combina un manejo fácil y la apariencia de un diario en papel. Pero la mayor amenaza es el costo de la publicación en papel. Spencer Reiss, que abandonó Newsweek a mitad de los noventa para incorporarse a la primera gran revista de la ciberépoca, Wired , lo explica con la claridad revolucionaria que define al bando bloguero. "El plan A es publicar un diario por el método tradicional, por ejemplo en Madrid, lo cual implica cortar árboles en Escandinavia, procesar la madera para convertirla en papel, transportar el papel en barco a un puerto y después en camión a la capital. Ahí tienes un caro inmueble en el que trabaja tu extensa y costosa redacción y operan tus máquinas de impresión, con sus costosos operarios. Y todavía te queda la fase final de transportar el producto impreso a los extensos y dispersos punto de venta. El plan B es un tipo con un ordenador que aprieta unas teclas y envía el mismo producto a las pantallas de un número ilimitado de consumidores. ¿Quién gana?".
Inversiones y parásitos
La lógica es aplastante. Y, como señala Phil Bennett, el ex de The Washington Post , tiene consecuencias injustas. Porque una vez hecha la gigantesca inversión, el producto final -por ejemplo, una noticia escrita por un corresponsal en Bagdad- aparece al instante y gratis en uno de los innumerables portales de Internet. "Es como construir un coche, que te lo roben y que después los asientos o las ruedas o las bujías aparezcan en los escaparates de The Huffington Post o en Google, que a su vez hacen negocio con ellas vendiendo publicidad. Sólo que en este caso el robo es perfectamente legal, claro". Rupert Murdoch dijo lo mismo, de manera más tajante, hace unos días: "¿Debemos permitir a Google robar todos nuestros derechos de autor? Gracias, pero no". El empleado favorito de Murdoch, el director de The Wall Street Journal , Robert Thomson, se ha hecho eco de su jefe al denunciar a ciertos sitios de la red como "parásitos".
Los otros grandes beneficiados del contenido periodístico de alto calibre en Internet son las empresas telefónicas que venden el acceso a la red. Mientras tanto, los que han invertido dinero en el producto lo acaban perdiendo.
Tanto disparate ha tenido, para algunos periódicos, resultados demoledores. The Seattle Post Intelligencer , con 146 años de vida, apagó sus máquinas de impresión el mes pasado, reduciendo su redacción de 167 a un grupúsculo de 20 redactores que se limitará a generar, bajo la misma cabecera, un diario digital. Otro venerable diario estadounidense, The Christian Science Monitor , publicó su última edición impresa diaria el pasado 27 de marzo, y el San Francisco Chronicle , por falta de compradores, está a punto de hacer lo mismo.
El problema, y lo que nos devuelve a la gran pregunta de cómo seguir ganando dinero con el periodismo, es que hasta ahora se ha demostrado que la publicidad digital no se aproxima ni de cerca a la rentabilidad de la publicidad en papel. Según un estudio del reputado centro de investigación Pew, con base en Washington, pasar a producir un diario exclusivamente en la web significa perder un 90% de ingresos. O quizá más. Cebrián conoce bien esta realidad, pero se ve obligado a reconocer, como Phil Bennett, de The Washington Post , que hay más preguntas que respuestas, que hay que aceptar con humildad que "estamos en la prehistoria" de una nueva era, y que pretender proyectar el futuro con seguridad es de necios. "En la red", dice, "no hay modelo de negocio como tal. Los modelos de negocio que existen, como Google o Microsoft, son grandes monopolios mundiales. El problema es muy grande. Consiste en cambiar el modelo de producción del periódico, haciendo que siga manteniendo altos márgenes de rentabilidad como los ha mantenido en los últimos dos siglos. Porque si no, no se invertirá en información. Con márgenes de explotación del 4% en Internet no se puede enviar a corresponsales a lugares de conflicto. Por tanto, hay que buscar un modelo de negocio razonable en los medios impresos".
Cebrián sugiere que una pista la puede dar Barack Obama. "Es presidente de Estados Unidos no gracias a la prensa ni a la televisión ni a la radio, sino gracias a que ha sabido utilizar la red. Si los periodistas aprendemos a utilizarla, triunfaremos también".
¿Dónde buscar? Lo normal es esperar que gente como Phil Bennett o Simon Waldman de The Guardian , especialistas en la materia a tiempo completo, den con la solución. Waldman contó que The Guardian ha avanzado tanto en su concepto de la centralidad de la red que hoy está reclutando a superestrellas del mundo digital, provenientes de empresas como Yahoo, sin experiencia periodística alguna. La idea, que Bennett apoya de manera entusiasta, es que la fusión de los dos tipos de cerebros, los del periodismo clásico y el digital, ayuden a crear un nuevo modelo viable. Lo que quizá no le entusiasme tanto a Bennett es la posibilidad, propuesta por Waldman y sus ágiles blogueros, de que el periodismo se transforme en un intercambio de noticias de interés compartido entre comunidades de vecinos o que se creen islas de noticias u opinión entre grupos de personas unidas por una red social sin fronteras al estilo de Facebook. "Puede ser que prefieran esa intimidad de criterio a leer lo que les dice una voz distante y desconocida".
Pero volvemos a lo mismo. ¿Cómo ganar dinero? ¿Cómo vivir del periodismo? Ya que es una revolución global la que estamos viviendo, quizá se podría buscar respuestas a la incógnita en los países llamados "en desarrollo", donde la ausencia de estructuras antiguas les obliga a empezar de cero, a forjar nuevas empresas adaptadas a la realidad tecnológica de hoy y no a las de la revolución industrial...
Dele Olojede, nigeriano que trabajó veinte años en la prensa estadounidense y ganó un Premio Pulitzer, acaba de hacer algo inimaginable en Estados Unidos o Europa: lanzar un nuevo periódico nacional en su país con la intención próximamente de extender la circulación, en papel, a cuatro países africanos. Se llama Next y se inauguró el pasado mes de enero en la red ( 234next.com ). Antes del Mundial de Suráfrica, el año que viene, se publicará una edición africana que, si se cumplen las previsiones, se venderá, con delegaciones propias e impresoras locales, en El Cairo, Johanesburgo, Nairobi y Accra, la capital de Ghana.
Sus antiguos colegas en Estados Unidos ven lo que está montando Olojede con incredulidad, pero él insiste en que Next no es un proyecto quijotesco. "Primero, porque aquí y en India, en China y en otros países donde vemos clases medias emergentes, la gente busca símbolos de estatus social, y leer un diario es uno de ellos". Pero lo más interesante es ver cómo, contra todo pronóstico posible, Africa podría estar aportando a la confusa industria del periodismo una cierta idea del camino a seguir. Los periodistas en plantilla han recibido cursos intensivos en el uso de minivideocámaras y Blackberries y otros aparatos de última tecnología que agilizarán la transmisión de las noticias, sea al diario en papel, sea a la pantalla de un ordenador, o sean contenidos personalizados a un teléfono móvil. Agilidad, versatilidad, rapidez y minimización de costes son las claves del modelo de Next . "No tendremos 25 fotógrafos en plantilla, sino que dependeremos de colaboradores en todas partes", explica Olojede. "La clave consiste en tener gente capacitada en la redacción y una extensa red de reporteros colaborando por todo el país, en Africa y en el resto del mundo. La calidad estará garantizada porque habrá una competencia feroz. Los mejores y los más fuertes sobrevivirán, y ganarán buen dinero con nosotros".
Lo interesante es que Olojede está poniendo en marcha precisamente lo que propone Earl Wilkinson para los periódicos estadounidenses y europeos. Wilkinson insiste en la oportunidad de rebajar costos a través de un uso "selectivo" de la opción digital; adaptar el producto periodístico de abajo arriba a las necesidades de la audiencia, en vez de imponer un producto de arriba abajo, y crear una fuerza laboral capaz de moverse con facilidad entre diferentes medios de comunicación, con especial atención a los medios digitales.
Mantener los buques a flote
Con el tiempo, como dice Bill Keller, se pondrán a prueba más y más opciones para ver cómo convertir el periodismo en un negocio viable. Una opción que se ha propuesto con entusiasmo recientemente en las páginas de The New York Times y de la revista Time se basa en la idea de "salvar" al periodismo de la misma manera que se ha "salvado", hasta cierto punto, a la industria de la música: aplicando una suerte de canon similar al de la música al comprar un ordenador, o al darse de alta en un servidor de Internet; o bien aplicando el método de micropagos de I-tunes, música adquirida por Internet, a la compra de artículos. Los blogueros, inevitablemente, no lo ven. Jeff Jarvis, uno de los personajes del anti-establishment mediático más locuaces de la web, se burla de los "viejitos" que no acaban de entender lo imposible que es restringir el acceso a artículos digitales, lo infinitamente porosa que es la web. Spencer Reiss, director del Monaco Media Forum, un encuentro anual entre dirigentes de lo que llaman new y old media, dice que buscar la salvación en el I-news es una fantasía porque niega la realidad de que una canción dura eternamente, mientras que una noticia caduca en un día. De todos modos, es seguro que el método del micropago se intentará. La clave sería descubrir un procedimiento ágil por el cual se pagaría, por ejemplo, tres céntimos para leer un determinado artículo, y quizá 50 para tener acceso ilimitado a la página web de un diario durante 24 horas.
Otra idea para mantener a flote a los grandes buques, aunque ya se ha intentado, es la del pago por suscripción en la web. The Wall Street Journal lo ha hecho, con cierto éxito. Pero, como muchos han señalado, es un caso excepcional debido a que ofrece un servicio financiero muy especializado y a que, como observa Spencer Reiss con ironía, más de la mitad de los pagos los hacen las empresas. Las noticias generales de interés para lectores no empresariales -accidentes aéreos, resultados deportivos, declaraciones de políticos- se pueden obtener gratis a través de innumerables fuentes, mucho más allá de los periódicos tradicionales. Y, como señala Jeff Jarvis, aunque haya un núcleo reducido de personas dispuesto a pagar por leer noticias exclusivas o columnas bien escritas, la realidad es que los ingresos que generan no compensan las inevitables pérdidas de publicidad. Al menos al día de hoy. Porque, ¿qué pasa si muchas empresas llegan a la conclusión de que no les funciona la publicidad en Internet? ¿O si el anunciante descubre que le rinde más asociarse, como propone Benjamín Lana, con una marca de credibilidad, como un gran periódico, que con una advenediza página web?
Si el periodismo está en crisis hoy, como lo está la economía mundial, es en gran medida por la tendencia del ser humano a creer que las circunstancias de hoy se van a reproducir siempre. Y aunque los blogueros se ríen de los viejos rockeros del periodismo precisamente por esta razón, lo que ignoran es que posiblemente ellos también se encuentren atrapados en lo que acaba siendo otra variante más del mismo conservadurismo mental. ¿Y si aparece una nueva invención que suplante a Internet? O, aunque Internet siga ahí como medio de comunicación, ¿qué pasa si la gente cambia de hábitos? Todo el mundo parece suponer que, dado que los jóvenes de 20 años no leen en papel, los que hoy tienen ocho años también optarán por una pantalla digital como su método favorito de comunicar con la gente y enterarse de lo que pasa en el mundo. Pero, ¿qué ocurre si los niños de hoy se rebelan contra el onanismo dominante en las actuales generaciones jóvenes y buscan un contacto táctil y visual con personas no virtuales, sino físicas? Facebook y otras variantes de redes sociales podrían llegar a considerarse lastimosamente démodés de aquí a diez años.
El gran consuelo del periodista, o del que aspira a serlo, es que lo que él hace no es una moda fugaz. Ha existido y ha estado en ininterrumpida demanda desde mucho antes de la aparición de Internet; mucho antes de la primera imprenta; mucho antes, incluso, que la invención de la rueda. Hace 30.000 años había un grupo familiar o tribal que se sentaba alrededor de un fuego en una cueva. Y ese grupo tenía necesidad de oír las noticias del día o de la semana o del mes. No tenían fotógrafos, pero sí especialistas que cumplían el mismo papel: los que dibujaban la caza del mamut en la pared. No tenían periodistas, escritores como los de hoy, pero sí contadores de historias, gente con un don o una pasión por observar las cosas y relatarlas de manera convincente y entretenida. Y la familia o la tribu se sentaba alrededor del fuego y escuchaba con interés, pavor, risa o una mezcla de las tres cosas cómo el contador de historias narraba la caza del mamut de esa mañana, cuándo y dónde y cómo ocurrió, qué peligro tuvo la acción, qué emociones sintieron en el momento que entendieron que el animal era el que iba a morir, y no ellos.
En vez de la caza del mamut hoy tenemos fútbol, política, guerras, crisis económicas, arte, vidas de famosos. Hasta que los circuitos interiores del sistema cerebral humano cambien de manera radical, existirá un mercado para los que lo cuentan. En eso todos están de acuerdo. Desde Fernández Hermana y Shirky hasta Bennett y Cebrián.
Bennett confesó, tras 45 minutos de conversación, que no tenía absolutamente nada claro, salvo la convicción de que el ser humano seguirá queriendo que le cuenten historias y se las cuenten bien. Si no se descubre un modelo de negocio viable para que un periodismo como el de hoy, y como el de tiempos de Dickens, se pueda sostener en la era de Internet (mientras dure), es posible que el número de diarios se siga reduciendo y que menos personas se ganen el pan haciendo periodismo. Pero, en el peor de los casos, los buenos sobrevivirán. Como dice Benjamín Lana, habrá muchas personas escribiendo muchas cosas en muchos ordenadores, "pero la pregunta sigue siendo la de siempre: ¿qué tiene usted que contar?". Y si tiene cosas valiosas que contar, se lo leerá. No es ninguna casualidad que, como comentó Philip Bennett, las seis historias de The Washington Post que ganaron premios Pulitzer el año pasado estuvieron entre las más vistas en la historia de la edición web del diario. Trataban de Dick Cheney y de Irak, pero también de un violinista que se ganaba la vida en el metro de la capital estadounidense.
Existe una diferencia entre escribir y teclear. En el Senado de Estados Unidos lo preguntaba esta misma semana John Kerry, el candidato presidencial del Partido Demócrata en 2004: ¿serán los periodistas ciudadanos, los blogueros y otros capaces de producir periodismo de alta calidad? La respuesta, según Kerry, es evidentemente que no. Los que poseen más conocimiento profesional, los que escriben con más gracia o elegancia, los que poseen más conocimiento, los que dedican más entusiasmo a su trabajo, los rigurosos, los que arriesgan más, los que salen a la calle a informarse: ellos, como en cualquier otra rama de la vida, triunfarán.
Los periódicos que, en el formato que sea, respondan de manera más efectiva al imperativo de instruir y divertir triunfarán también. The Economist de Londres seguirá vivo de aquí a 50 años porque, independientemente del acuerdo que suscite su línea editorial, tiene la fórmula. The Seattle Post Intelligencer y las demás víctimas estadounidenses han caído en parte debido al efecto Internet, pero también porque son una versión inferior de un estilo de periodismo americano que si no es de óptima calidad y alta fiabilidad, como The New York Times , es más un tratado legal o un documento académico que una lectura amena para un público general. A diferencia de The Economist o de The Guardian de Londres, periódicos que entienden la necesidad de deleitar además de instruir, que son serios, pero da gusto leerlos. The Guardian arrasa en Internet en Estados Unidos, donde está la mitad de su público digital de 29 millones de pares de ojos. Y eso no es porque hayan contratado a los cracks de Yahoo, sino porque tienen en sus filas a grandes contadores de historias, periodistas que salen y ven y oyen y huelen y reflexionan y evalúan y confirman hechos y siguen conscientemente la tradición populista y, sin embargo, inteligente de Charles Dickens. Al final, lo que perdura, como las grandes novelas del siglo XIX, es la calidad.
Y quién sabe, incluso, si el papel está condenado a desaparecer. Como decía hace unos años el director de The Independent de Londres, cuando se iniciaba la era Internet: "Y si sólo existieran periódicos digitales y alguien apareciera y dijera, oye, ¿qué tal si imprimimos las noticias en papel reciclable, grato al tacto y la vista? Sería la bomba".
Y en cuanto a la pregunta del millón, el dinero y cómo ganarlo con el periodismo, dado que Internet ha usurpado la publicidad, Earl J. Wilkinson citó al director de un periódico que le dijo que, por más presión y ansiedad que haya en el negocio hoy, nunca había visto tanta fiebre de creatividad. Así reacciona la especie en tiempos de crisis.
© EL PAIS, SL.
QUIÉN ES EL AUTOR

Hace algunos meses, durante la ceremonia de cierre de la 22» promoción del máster de Periodismo que organizan la Universidad Autónoma de Madrid y el diario El País , John Carlin habló de la profesión más antigua del mundo: la de narrador de historias, encarnada hace miles de años por los relatores que informaban a la tribu sobre la última caza de mamuts y hoy por los periodistas.
Carlin, un reportero inglés que, tras pasar por media docena de corresponsalías hoy vive en Barcelona y trabaja para El País , se inició en esta profesión en Buenos Aires, más precisamente en el Buenos Aires Herald , un tiempo antes de la guerra de Malvinas. ¿Qué hacía aquí? Estaba de regreso. Hijo de un funcionario de la embajada británica, había vivido en esta ciudad entre los dos y los nueve años. "Para entonces era un pibe argentino total (hincha de Excursionistas y de River Plate) que hablaba el inglés bien, pero con un fuerte acento típical espanish ", rememora desde su página web personal.
Como corresponsal, presenció y relató para diferentes medios ( The Times de Londres, la BBC, el Toronto Star , el Sunday Times , The London Independent y otros) todo tipo de experiencias: desde las guerras de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, pasando por el último año del apartheid, hasta los vaivenes de la escandalosa relación entre Bill Clinton y Monica Lewinsky.
Nacido en Londres el 12 de mayo de 1956, estudió Lengua y Literatura inglesa en la Universidad de Oxford, en parte para cumplir el último deseo de su padre, quien murió cuando él tenía 17 años. En 2000 recibió el Premio Ortega y Gasset por una investigación para El País sobre la inmigración en España. Documentalista y colaborador frecuente de medios como The Observer y The New York Times , es autor de varios libros, entre ellos, El factor humano , Heroica tierra cruel y Los ángeles blancos: el Real Madrid y el nuevo fútbol.

lunes, 11 de enero de 2010

Guerras y elecciones cuestionadas: temas de mayor peligro para los periodistas



Reporteros sin Fronteras (informe 2009)







2009 en cifras

76 periodistas asesinados (+ 26% respecto a los 60 del 2008)
33 periodistas secuestrados
573 periodistas detenidos
1456 agredidos o amenazados
570 medios de comunicación censurados
157 periodistas han abandonado sus países
1 blogger muerto en la cárcel
151 bloggers y ciberdisidentes detenidos
61 agredidos
60 países se han visto afectados por la censura en Internet

[Sigue +/-]
El año 2009 se recordará marcado por dos acontecimientos dramáticos: la mayor matanza de periodistas llevada a cabo en una sola jornada, la de los 30 profesionales de los medios masacrados por la milicia privada de un gobernador del sur de Filipinas ; y una oleada sin precedentes de detenciones y condenas de periodistas y bloggers en Irán, tras la contestada reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad.

Por otra parte, para escapar a la cárcel o la muerte, cerca de 160 periodistas de todos los continentes emprendieron el camino del exilio, a veces en condiciones muy peligrosas. Reporteros gráficos iraníes atravesando la frontera hacia Turquía para escapar a una detención, o reporteros radiofónicos somalíes huyendo a los países fronterizos para evitar una muerte segura ; una serie de profesionales que son otros tantos intermediarios informativos y a los que se intenta silenciar por todos los medios.

Las guerras y las elecciones han sido las principales amenazas para los periodistas en 2009. Cada vez resulta más peligroso cubrir un conflicto, en la medida en que se convierte a los periodistas en objetivos y corren el peligro de ser asesinados, o de que les secuestren. Pero también puede resultar peligroso hacer este trabajo en período electoral, con el resultado de que se puede acabar en la cárcel o en el hospital. En países poco democráticos ha sido particularmente importante, en 2009, la violencia en los períodos anteriores o posteriores a las elecciones.

Otra constatación– que no representa ninguna sorpresa– es que cada vez son más numerosos los bloggers y sitios de Internet alcanzados por la censura y la represión. Hoy no existe prácticamente ningún país que escape a este fenómeno. Cada vez que Internet o los nuevos medios de comunicación (redes sociales, teléfonos móviles, etc.) juegan un papel preponderante en la difusión de informaciones, cambian las tornas a peor. Ahora los bloggers están tan vigilados como los periodistas de los medios tradicionales.

Finalmente, nuestra mayor preocupación con respecto al año 2009 es el éxodo masivo de periodistas procedentes de países represivos, como Irán o Sri Lanka. Las autoridades de esos países se han dado cuenta de que incitando a los periodistas a marcharse reducen considerablemente el pluralismo de las ideas y el grado de crítica. Se trata de una tendencia muy peligrosa y es absolutamente necesario denunciarla con toda la fuerza de que seamos capaces», ha declarado Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, con motivo de hacer público este balance del año 2009.

Aumenta un 26% el número de periodistas asesinados

La práctica totalidad de los periodistas asesinados en 2009, excepción hecha del documentalista franco-español Christian Poveda, asesinado en El Salvador, eran nacionales. "Menos conocidos que los grandes reporteros por la opinión pública internacional, son sin embargo esos periodistas locales quienes, todos los años, pagan un precio mayor para garantizar nuestro derecho a estar informados de los conflictos, la corrupción o la destrucción del medio ambiente", ha dicho Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras.

El año 2009 empezó muy mal con la ofensiva militar israelí en Gaza. Además de cerrar a los medios extranjeros el acceso al territorio palestino, el gobierno israelí llevó a cabo una serie de violentos raids contra edificios que albergan a los medios de comunicación, violando así el derecho internacional humanitario. En esos ataques murieron dos reporteros. En el Caúcaso ruso, periodistas y defensores de los derechos humanos han vivido el año de todos los peligros. Natalia Estemirova en Chechenia y Malik Akhmedilov en Daguestán, testigos de la guerra sucia emprendida por Moscú y sus aliados locales, fueron eliminados con la mayor impunidad.

Los grupos islamistas radicales causaron la muerte de al menos 15 periodistas en todo el mundo. En Somalia, la milicia Al-Shabaab intensificó los asesinatos y atentados suicidas. En total mataron a nueve reporteros, cuatro de los cuales trabajan en la emisora Radio Shabelle, que intenta seguir informando a pesar del caos reinante. En Pakistán, los grupos talibanes del noroeste del país cada vez tienen más la mira puesta en los periodistas.

Finalmente sigue aumentando ligeramente el número de secuestros. La mayoría de los casos se concentraron en Afganistán, México y Somalia. Si el periodista del New York Times David Rohde y su colaborador local consiguieron escapar de manos de los talibanes, en cambio al reportero afgano Sultan Munadi le mataron en el transcurso de la operación militar destinada a salvarle.

"Tres años después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobara la resolución 1738 sobre protección de los periodistas en zonas de conflicto, los gobiernos parecen seguir siendo incapaces de garantizar la seguridad de los profesionales de los medios", ha añadido Reporteros sin Fronteras.

En lo que se refiere a otras formas de violencia, las agresiones y amenazas aumentaron en un tercio (pasando de 929 casos en 2008 a 1456 en 2009). En el continente americano (501 casos) es donde los periodistas se encuentran más expuestos, sobre todo cuando denuncian el narcotráfico, la corrupción o a los potentados locales. Detrás viene Asia con 364 casos de este tipo, especialmente en Pakistán, Sri Lanka y Nepal. El número de medios de comunicación censurados aumenta peligrosamente, con cerca de 570 casos de periódicos, radios o televisiones a los que se prohibió difundir alguna información, o incluso se les forzó al cierre. Eso fue lo que le ocurrió a una revista satírica de Malasia, una docena de periódicos reformistas de Irán, y también a Radio France Internationale en la República Democrática del Congo y a la BBC World Service en Ruanda.

El número de periodistas detenidos (de 673 en 2008 a 573 en 2009) ha experimentado una ligera baja, que hay que adjudicar sobre todo a que se ha reducido la privación de libertad en Asia. En Oriente Medio es donde se produjo el mayor número de casos.

Violencia electoral

Los 30 periodistas asesinados en la Isla de Mindanao cubrían el intento de un opositor del potentado local de inscribirse como candidato para las elecciones regionales de 2010. Igualmente, al periodista tunecino Taoufik Ben Brik le encarcelaron en los días siguientes a la reelección del presidente Ben Alí, mientras sufría una brutal agresión su colega Slim Boukhdhir. En Gabón agredieron a varios periodistas, y a otros les amenazaron de muerte, en los días posteriores a la elección de Alí Bongo para presidir el país. Además cerraron temporalmente media docena de medios por haberse hecho eco de la violencia post electoral, y criticado a los miembros del nuevo gobierno. Finalmente, la controvertida elección de Mahmud Ahmadinejad en Irán ha sido el origen de una delirante oleada represiva contra los medios.

Las elecciones pluralistas, símbolo de democracia y libre expresión, pueden convertirse en auténticas pesadillas para los periodistas. En período electoral a los medios de comunicación estatales se les impide con frecuencia cubrir de forma equitativa las actividades de los candidatos, como ocurrió durante la controvertida elección afgana o en el simulacro electoral de Guinea Ecuatorial. Y mientras, los periodistas más comprometidos se exponen a sufrir las represalias del campo adverso. En las votaciones no siempre se respeta tampoco el derecho de acceso de los medios, como demostraron las elecciones provinciales en las zonas tamules de Sri Lanka.

Los problemas más serios suelen presentarse ante el anuncio de los resultados. Los partidarios de Mahmud Ahmadinejad, desbordados por un movimiento de oposición que tuvo un enorme eco en Internet y en la prensa afgana, se lanzaron a una represión ultraviolenta contra cientos de periodistas y bloggers, acusados de espías a sueldo del extranjero o agentes desestabilizadores.

En este año, la audacia que mostraron los periodistas en los períodos pre y post electoral se vio sancionada con detenciones, malos tratos y penas de cárcel, algunas enormemente graves. Esos repetidos escenarios represivos tras unas votaciones deben animar a la comunidad internacional a encontrar los medios para proteger mejor a la prensa una vez que se anuncian victorias, con frecuencia robadas o tergiversadas.

"En todo caso, esa oleada de violencia augura un mal año 2010, durante el cual está prevista la celebración de elecciones clave, entre otros en Costa de Marfil, Sri Lanka, Birmania, Irak y también en los Territorios Palestinos", ha dicho, preocupada, Reporteros sin Fronteras que regularmente lleva a cabo un trabajo de seguimiento de los medios en período electoral.

Más de cien bloggers y ciberdisidentes encarcelados

Por primera vez desde la aparición de Internet Reporteros sin Fronteras ha contabilizado no menos de 108 bloggers, ciberdisidentes e internautas encarcelados en todo el mundo, por expresar sus opiniones en la Web. Una cifra que pone de manifiesto la represión que causa estragos en el Net, en una decena de países. Definitivamente varios Estados han adoptado la política de criminalizar la expresión digital, decepcionando las esperanzas de conseguir un Internet sin censura.

Internet fue el motor de la protesta democrática en Irán, China y otros lugares. Fundamentalmente por eso, los gobiernos autoritarios son tan proclives a castigar severamente a los internautas; como a esos dos bloggers de Azerbaiyán condenados a dos años de cárcel por haberse burlado de las élites políticas en un vídeo.

Si, en 2009, China ha continuado siendo el principal censor de Internet, Irán, Túnez, Tailandia, Arabia Saudí, Vietnam y Uzbekistán también recurrieron al bloqueo recurrente de sitios y blogs, y a la vigilancia de la expresión en línea. Además, el Internet turcomano sigue totalmente sometido a control estatal. En este año también han agredido, amenazado o detenido a bloggers y ciudadanos normales que se expresaban en el Net, al tiempo que la popularidad de las redes sociales y los sitios participativos conocía un enorme éxito. El egipcio Kareem Amer sigue detenido mientras que al célebre actor birmano Zarganar le quedan todavía 34 años de cárcel por cumplir. Algunos de los mascarones de proa de la defensa de la libertad de expresión en Internet, y entre ellos los chinos Hu Jia y Liu Xiaobo o los vietnamitas Nguyen Trung y Dieu Cay, forman parte del centenar de víctimas de los policías del Net. Ahora la crisis ha entrado a formar parte de los temas que pueden provocar reacciones de censura, y muy especialmente en la Red. Así, en Corea del Sur detuvieron a un blogger equivocadamente por comentar la catastrófica situación del país. En Tailandia, media docena de net-ciudadanos fueron detenidos o intimidados por referirse a la crisis en el reino. El simple hecho de relacionar la salud del rey y la caída de la Bolsa de Bangkok les convirtió en objetivos de los autoridades. Finalmente, en Dubai se impuso la censura a los medios locales cuando tuvieron que dar cuenta del hundimiento del mercado interior.

Los países democráticos tampoco se quedan a la zaga: mientras varios Estados europeos trabajan en nuevas medidas de control de la Red, en nombre de la lucha contra la pedopornografía o las descargas ilegales, Australia ya ha anunciado que tienen intención de crear un sistema obligatorio de filtro, peligroso para la libertad de expresión. La justicia turca ha aumentado aun más el número de sitios de Internet, y entre ellos YouTube, censurados porque en ellos han aparecido críticas del que fue primer presidente de la República, Mustafá Kemal Atatürk.

"De un año para otro se ha multiplicado por dos el número de países afectados por la censura en Internet. Una tendencia muy preocupante que pone de manifiesto el refuerzo del control ejercido sobre los nuevos medios de comunicación, al tiempo que millones de net-ciudadanos se movilizan cada vez más en la Red. Para denunciar mejor esta criminalización de la expresión en el Net, Reporteros sin Fronteras organizará el próximo 12 de marzo otra movilización en contra de los Enemigos de Internet", ha asegurado Lucie Morillon, responsable de la Oficina Internet y Libertades.

Los medios en proceso

A fecha 30 de diciembre de 2009, hay al menos 167 periodistas encarcelados en todo el mundo. Habría que remontarse hasta los comienzos de los años 90 para encontrar un número tan grande de periodistas encarcelados en el mundo. A pesar de que, en varias ocasiones, el Relator Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Expresión ha repetido que la cárcel es una pena desproporcionada en los casos de prensa, son muchos los gobiernos que mantienen esas sanciones en sus leyes, y que abusan de ellas. Las condenas dictadas para periodistas de Cuba, China, Sri Lanka o Irán son tan severas como las impuestas a autores de crímenes sangrientos, o terroristas.

Con demasiada frecuencia, la cárcel y la violencia son las únicas respuestas que ofrecen las autoridades a los profesionales de los medios. En Oriente Medio cada día se produce al menos una detención, o una agresión. En Irak, por ejemplo, en 2009 agredieron o detuvieron a más de sesenta periodistas. En los Territorios Palestinos, Hamas en Gaza y Al Fatah en Cisjordania detuvieron a más de cincuenta periodistas. Africa y Asia compiten codo con codo por el número de periodistas detenidos. En 2009 se han contabilizado más de diez casos de detenciones en Niger, Gambia y Somalia; Eritrea mantiene su rango de ser la primera cárcel de Africa para los periodistas, con 32 compañeros entre rejas. Afortunadamente en Asia disminuyó el número de detenciones, pero las fuerzas de seguridad chinas y paquistaníes siguen deteniendo a los periodistas, extranjeros o locales, cada vez que rebasan las líneas rojas que « se supone » deben respetar. En Honduras, el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, apoyado por la prensa conservadora, dio lugar a una auténtica caza a los periodistas sospechosos de simpatías por el presidente derrocado Manuel Zelaya, y a la suspensión, e incluso el cierre, de sus redacciones. Finalmente Cuba se sigue distinguiendo este año con al menos 24 casos de arrestos y dos nuevos encarcelamiento de larga duración, elevando a 25 el número de periodistas encarcelados en la isla.

Y, cuando los poderosos no hacen que detengan a los periodistas, les acosan con denuncias en serie en los tribunales. En Argelia, el director de publicación Omar Belhouchet recibió, tan solo en este año, quince citaciones ante el juez. En Turquía o Marruecos, la prensa de oposición es el blanco de repetidas denuncias, que casi siempre acaban en condenas o cierres de medios porque los tribunales acostumbran a ponerse de parte del denunciante, y no de la prensa.

El exilio para sobrevivir

Por primera vez, Reporteros sin Fronteras incluye en su balance anual la cifra de periodistas obligados a abandonar su país, como consecuencia de haber visto amenazada su vida, o su libertad. No han sido menos de 157 los profesionales que se han visto forzados a emprender el camino del exilio, muchas veces en condiciones muy difíciles. Ha sido masivo el éxodo de periodistas y bloggers iraníes –más de medio centenar-, y el de sus colegas de Sri Lanka –no menos de 29 casos verificados en este año.

Por no hablar de Africa, con los cincuenta periodistas somalíes que huyeron del caos y la decena de reporteros eritreos obligados a marcharse del país por miedo a sufrir represalias de la peor dictadura del continente. El exilio de periodistas ha afectado igualmente a Guinea, Afganistán, Pakistán, México, Colombia y también Etiopía.

Este nuevo indicador pone de manifiesto el miedo que embarga a la profesión en determinados países. En su camino hacia el exilio, los periodistas encuentran muchas trampas y saben que tienen por delante un futuro incierto. Muchos pasarán meses, incluso años, en la esperanza de conseguir alguna forma de protección, o una hipotética reinstalación.

domingo, 10 de enero de 2010

Un maestro de periodistas multimedia



Por Gastón Roitberg (La Nacion, Buenos Aires)

En la introducción de su primer libro de 2007 Periodismo 2.0, una guía de alfabetización digital , Mark Briggs cuenta una anécdota que revela cómo se gestó la obra: "Había lanzado una serie de entrenamiento en la sala de redacción del diario en el que trabajaba y una colega me sugirió: ´tienes que escribir un libro´. Y lo hice, una guía útil para periodistas que están listos para abrazar la era digital".
Y esa primera obra en realidad adquirió la forma de un faro de referencia para muchos de sus colegas que se acercaban al escritorio para consultarle cómo editar un video, grabar un audio o armar un lector de RSS para informarse con mayor rapidez.
[Sigue +/-]
Hace apenas un mes, el mismo periodista, entrepreneur e instructor multimedia presentó su nueva criatura Journalism Next: A Practical Guide to Digital Reporting and Publishing (El periodismo que viene: una guía práctica para la publicación digital). Briggs ya abandonó los diarios on line para los que trabajó ( The Herald de Everett y el News Tribune de Tacoma), pero sigue firme en su misión de acercar innovaciones tecnológicas a las organizaciones de medios como CEO y fundador de Serra Media .
"Pensar digital es la habilidad más importante que un periodista puede adquirir o desarrollar hoy, pero es la predisposición mental la que concebirá las posibilidades digitales de una historia o proyecto", repite Briggs sin pausa.
Tiene un objetivo ambicioso: desdramatizar la vinculación del periodismo con las nuevas tecnologías. Por ejemplo, en tres unidades de su nuevo libro incluye los siguientes capítulos: ahora somos todos profesionales de la Web; el blogging; crowdsourcing (coproducir las investigaciones con los usuarios que aportan contenidos); periodismo audiovisual; el uso periodístico de Twitter; el llamado " mojo " (mobile journalism o periodismo a través de dispositivos móviles) y claves para construir una audiencia on line, entre otros.